Salud mental en la recta final del 2024: cómo afrontar el ineludible estrés
Al acercarse el final del año, muchas personas experimentan un aumento en los niveles de estrés debido a la acumulación de responsabilidades y compromisos. Las exigencias laborales tienden a intensificarse con la necesidad de cumplir objetivos antes de las vacaciones, lo que genera presión y ansiedad. Además, el esfuerzo por equilibrar la vida personal con las demandas profesionales puede agravar la sensación de agotamiento.
Otro factor que contribuye al estrés en esta época es la planificación de las festividades, que incluye desde la organización de eventos familiares hasta las compras de regalos. Estos aspectos, aunque pueden ser motivo de alegría, a menudo provocan tensión financiera y emocional. La necesidad de cumplir con expectativas sociales o familiares incrementa el malestar y la fatiga mental.
Asimismo, el final de año trae consigo una evaluación personal sobre los logros y metas alcanzadas, lo que puede generar frustración o sensación de insuficiencia en algunas personas. Este balance puede despertar pensamientos negativos o ansiedad sobre el futuro. Todo esto, sumado al desgaste acumulado durante el año, contribuye a la aparición de síntomas de estrés como irritabilidad, insomnio y falta de concentración.
Una mirada profesional
La Licenciada en Psicología (M.P. 1841) Valeria Luz Panteón se detuvo a analizar una etapa a la que, en mayor o menor medida, todos estamos expuestos. Desde LA BRÚJULA 24 se la consultó en relación a la manera correcta de afrontar este proceso y brindó herramientas válidas para sortear cualquier obstáculo que pueda presentarse.
“La sociedad, en este contexto de incertidumbre e inestabilidad social, económica y laboral que está atravesando, es más proclive –así lo muestran los índices de estudios de distintas universidades argentinas– a padecer trastornos psicológicos, como ansiedad, depresión, y de manifestar crisis existenciales”, expuso Panteón, al comienzo de su alocución.
Y explicó que “a esto que nos viene sucediendo, le sumamos el ‘síndrome de fin de año’ y que en nuestra mente funciona como ciclo, algo que se termina y algo que empieza. Por ello tenemos que juntarnos a despedir el 2024 antes del 31 con todos los grupos a los que pertenecemos, pensar donde vamos a pasar las Fiestas. ¿Cuál es mi deseo?, ¿qué espera el otro de mí?, ¿qué se va a comer?, ¿qué tengo que comprar?”
“El adorno nuevo de todos los años, el que dicen que te trae bendición y no puede faltar el regalo de Papá Noel, las pasas de uva para la memoria, vestirse de rojo, de blanco. No es ajeno el tema de los precios, a lo que se suma el bombardeo de información, la publicidad, la incitación al consumismo y las nuevas tendencias que se van sumando”, detalló la Licenciada.
Luego, sumó que “además, a muchos se les acercan las vacaciones, entonces hay que cerrar tareas: dejar las cosas acomodadas para cuando no esté. Eso configura una vorágine de nunca acabar, donde dejamos todo, el descanso relegado, se incrementa la ingesta de comida y bebidas alcohólicas, sumado a que llegan las tardes con casi 40 grados de temperatura, por citar solo algunos puntos”.
“En contrapartida, existe otra realidad: la soledad, el aislamiento, los que este año no están, los que aún pesa su ausencia, los que están lejos o los enemistados. Mientras tanto, las redes sociales muestran realidades dispares y nos alimentamos a través de la pantalla de la bella y buena vida del otro, mientras uno está acostado en la cama con el celular en la mano”, consideró la profesional, ingresando en algunos detalles específicos.
“Las Fiestas de fin de año pueden ser una época mágica, pero a la vez desafiante, ya que suelen generar estrés especialmente si no se gestionan adecuadamente”
No obstante, invitó a tomar ciertos ítems a revisar: “Cuidar nuestra salud mental es una responsabilidad que debemos tomar en serio. Lo que se impone es definir qué tenemos que hacer. Primero tomar conciencia de que esto sucede y ya está sucediendo en este momento del año, cuando aún falta un par de meses para alzar las copas y brindar”.
“En segunda instancia tenemos que planificar, gestionar nuestro tiempo saludablemente, establecer prioridades y límites. Debemos lograr un equilibrio entre la vida social, familiar, laboral y el descanso. Las actividades que realicemos, ya sea juntarnos a tomar, comer, salir, comprar, trasnochar, que sea sin exponer nuestro cuerpo, mente y bolsillo a extremos poco saludables. La alimentación sana y el ejercicio físico, están comprobados que son beneficiosos para nuestro bienestar en general, somos seres bio-psico-espirituales en relación social”, argumentó Panteón.
Y lo ejemplificó: “La única ocasión en que es bueno no estar y ser en el presente ocurre cuando vamos al pasado para aprender de nuestras equivocaciones o aciertos y tomar esas herramientas y recursos que nos da la experiencia. Lo mismo ocurre cuando vamos hacia el futuro para establecer metas y proyectos, pero en el resto lo más saludable es vivir en el aquí y ahora, disfrutar el momento, conectarnos con el otro, con la naturaleza, con nosotros mismos y nuestras emociones, desarrollar prácticas de relajación, meditación, yoga y mindfulness”.
“Las últimas semanas del año suelen ser un torbellino de emociones. La alegría por las Fiestas se mezcla con la melancolía por el fin de ciclo, la presión social por las celebraciones y la nostalgia por momentos pasados. A veces, esta mezcla e intensidad emocional, nos hace perder el disfrute de nuestros días. Por ello es importante, además de gestionar nuestro tiempo, también hacerlo con nuestras emociones, y esto se logra permitiéndonos sentirlas, dándoles nombre y lugar, decir "me siento triste" o "estoy ansiosa”, sin suprimirlas o negarlas, ya que es normal, en esta época, el surgimiento de ansiedades, tristezas, enojos e irritabilidad”, infirió, promediando su análisis de la realidad.
En paralelo, la Licenciada añadió que “además, tenemos que intentar dilucidar por qué surge esa emoción, ¿qué me hace sentir?, ¿cuál es su causa?, ¿quién, o qué, me la provoca?: ¿la presión por las compras?, ¿las expectativas de las fiestas?, ¿el reencuentro con familiares?, ¿o que el año termina?”.
“Una vez teniendo el mundo emocional más claro, es importante tomar astas en el asunto: ¿qué actividades me generan bienestar y cuáles no?, ¿me siento obligado a hacerlo? En este caso va a ser prioridad establecer límites, y escuchar mi deseo, priorizar mi bienestar, como el descanso, la alimentación, la relajación o aquellas cosas que me hagan sentir bien, como la música, leer, pasear, un hobby o la naturaleza”, enunció, llegando al epílogo.
Asimismo, la profesional dejó una sugerencia: “Si dormís mucho, poco o aun durmiendo bien estás cansado todo el día, estás irritable, no tenés ganas de hacer nada, no querés ver a nadie, sentís mucha angustia o tristeza sin saber por qué, se te fue el apetito, o vivís atracón tras atracón, no le encontrás sentido a tu vida, es momento de pedir ayuda profesional”.
“La segunda quincena de diciembre suele ser un tiempo lindo y estresante, pero también es una época donde la realidad te golpea en la cara y te dice que uno no puede solo y eso está bien también. Hay que entender que nunca pudimos solos, es nuestra naturaleza humana”, aseguró.
Por último, lanzó un desafío: “Con esto los invito a repensar estos últimos meses del 2024, a gestionar mejor el tiempo y su uso, a encontrar el equilibrio, que haya momentos para el descanso y para uno mismo, a no llevarse a los extremos, a pedir ayuda y a disfrutar que se acaba el año, no el mundo. Hay más tiempo, hay más oportunidades, hay mañana en un largo 2025”.
Algunos tips saludables para esta época
- Hidratarse con más frecuencia y, en lo posible, con agua.
- No exponerse a las horas más fuertes de calor.
- Socializar, pero propiciar un buen descanso y tiempo para uno.
- Intentar mantener la dieta que venía consumiendo y en su defecto incrementar frutas y verduras, reduciendo la ingesta de comidas más calóricas.
- Mantener la actividad física, adecuada a su edad y estado físico.
fuente: La Brujula 24
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