Pobreza e indigencia: cómo entender los números que más duelen

Pobreza e indigencia: cómo entender los números que más duelen

En los últimos días, se difundieron números que duelen. De esos que duelen de verdad. En concreto, se supo que hay un millón y medio de chicos que se saltean alguna comida durante el día en la Argentina, y un millón de ellos se van a la cama sin cenar. ¡Terrible!

El dato surge de la octava encuesta a hogares con niñas, niños y adolescentes de Unicef. Y tal como replicó la redacción de La Brújula 24, en ese informe también se señala que de las personas adultas que viven en esos hogares, existen 4,5 que no cumplen con sus comidas como consecuencia de las dificultades económicas que afrontan.

En tal sentido, el equipo del programa “Nunca es tarde” dialogó con Alejandra Beccaria, Oficial de Evaluación y Monitoreo de Unicef, quien analizó los alcances de ese estudio y, en especial, las graves consecuencias que traen aparejados los resultados.

Primero, sobre lo impactante del título, señaló que “nosotros venimos haciendo estas encuestas desde el 2016, y desde 2020 hacemos los monitoreos de los hogares. Lo que más nos preocupa es que la pobreza estructural es crónica en la niñez desde hace más de 30 años en nuestro país”.

“Es un problema que no se está pudiendo resolver y hay períodos donde se dan ciertas situaciones que agudizan esto aún más. Lo que vemos desde que hacemos las encuestas es que hay un grupo muy importante de niños que están con problemas para hacer las cuatro comidas necesarias por día. Quizás, el dato de este año sea un poco más alto que el del año pasado, pero lo que preocupa es como se mantiene en el tiempo”, indicó.

En esa misma línea, la profesional sostuvo que “sabemos que el dato de indigencia fue muy alto en varios momentos, no es la primera vez en la historia en que el acceso a los alimentos se torna dificultoso para chicos y chicas”. Y recordó que durante 2001 y 2002 también hubo niveles muy elevados en ese sentido.

Consultada respecto de los posibles motivos que determinaron el duro presente, contó que “la evidencia nos muestra que esto no nace de un día para el otro, hay períodos en los que se puede agudizar y luego vuelve a mejorar, aunque nunca se logra perforar un piso que implique el bienestar conjunto de la niñez”.

“Nosotros creemos que es importante visibilizar el problema y la importancia de ubicar en el centro de la escena las políticas que protejan el bienestar, como son la Asignación Universal Por Hijo o la prestación Alimentar, que trascendieron distintos gobiernos y se fortalecieron en los últimos meses”.

Además, mencionó: “Desde el final del año pasado hubo distintos aumentos en ambas, algunos por la propia ley que regía en cada momento y otros por decisiones puntuales. Esto tiene un impacto, por eso es necesario que se mantenga a lo largo del tiempo. Sin estas políticas, la situación de los chicos y chicas sería todavía más grave”.

Otro aspecto a tener en cuenta en medio de una crisis que parece no tener techo, es lo que pasa en el pago chico. De ello, en “Bahía Hoy” se habló con Gonzalo Semilla, titular del Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca –CREEBBA-.

El economista se refirió a los datos difundidos por la ONG, que muestran lo que necesita una familia bahiense para no ser considerada pobre. Según se indicó, el ingreso mínimo con el que debe contar una familia bahiense compuesta dos adultos y dos niños en edad escolar para no ser pobre se ubicó en $1.056.747 en julio, 4,2% más que en junio.

Un panorama complicado. Para Semilla, “concretamente, para no ser pobre una familia tipo, padre, madre y dos hijos pequeños, estamos arriba de un millón de pesos. Cuando en algún momento de nuestras vidas hablamos de ojalá ser millonarios, ahora estamos mencionando que para estar por encima del umbral de pobreza tiene que estar en este valor, lo cual está bastante alejado de la realidad”.

“Lamentablemente, muchas familias bahienses no alcanzan a tener esta disponibilidad de ingresos mensuales y, obviamente, están por debajo de la línea de pobreza”, aseveró.

Y a modo de análisis, refirió que “la relación era uno cada tres bahienses, pero creo que hoy es un poco más. Cuando miramos los indicadores que publican el Indec y la UCA, ya vemos que arriba del 50% de la población es pobre y arriba del 60% o números incluso superiores, menores de 15 años están en esa condición, vemos que eso decanta hacia el resto de la población”.

“Son números tremendamente grandes para la historia argentina”, dijo el profesional. Y señaló que “esto no tiene que ver solamente con el que gobierna y toma decisiones, sino también con el votante, que tiene su grado de responsabilidad”. “En general, el votante no está muy interesado en el que viene, pero tenemos que ser un poco más exigentes los argentinos en general, para obligar a la persona a reaccionar de otra manera”.

Indigencia

“Estamos hablando de la misma familia, que debería tener ingresos de 455 mil pesos por mes para superar el umbral. Si gana menos, significa que está con problemas de alimentación, significa que esa persona no tiene los kilos necesarios para poder estar bien mentalmente y físicamente”, explicó.

Y añadió: “Cuando uno habla de que en la Argentina el índice de indigencia es muy alto, y sobre todo en chicos menores de 15 años, lo que estamos diciendo es que esos jóvenes que dentro de 10 años van a estar gerenciando el sector público y privado, hoy tienen problemas de alimentación. Ahí está la gravedad del asunto y Bahía Blanca obviamente también padece esta situación”.

 

fuente: La Brujula 24