Cómo hacer la provoleta perfecta: crocante por fuera y suave por dentro

Cómo hacer la provoleta perfecta: crocante por fuera y suave por dentro

La provoleta, ese tesoro culinario que consiste en una rodaja de queso provolone dorada por fuera y derretida por dentro en la parrilla, se ha ganado el título de la estrella indiscutible en el mundo de los “platos de queso del mundo”, según la afamada revista culinaria Taste Atlas.

La esencia es simple: un queso semiduro fundido a la parrilla. Pero llegar al punto perfecto es todo un desafío. Se inventaron recipientes para contener el queso y evitar su desastroso encuentro con las brasas. No obstante, estos artilugios, conocidos como provoleteras, además de ser costosos, privan al queso de ese toque ahumado tan característico.

Acá te revelamos los secretos para preparar la provoleta perfecta, que podés personalizar con toppings como chimichurri, capresse, jamón crudo y rúcula.

Tips para prepararla

Lo primero es lo primero: la calidad del queso. Opta por un provolone de primera en tu fiambrería local y córtalo en rodajas de 1 a 2 centímetros.

En cuanto al fuego, la táctica tradicional implica una temperatura alta, colocando el queso directamente en la parrilla durante 7 minutos de cada lado, sin moverlo hasta el momento de darle la vuelta.

Si buscas un toque más crujiente, probá cortar la rodaja y dejar que sude al sol mientras preparas otros elementos del asado. Cuando esté un poco más firme y con gotitas en la superficie, hay que espolvorear harina por ambos lados y llevarla a la parrilla.

Para aquellos que poseen una provoletera: colocarla sobre las brasas, calentarla con un chorrito de agua. Cuando el agua se evapore, introducir la rodaja gruesa de queso en el molde durante 5 minutos de cada lado y retirarla del fuego.

La técnica maestra para obtener la provoleta más crujiente por fuera y suave por dentro implica dejar que la rodaja de queso provolone madure en la heladera durante dos o tres días. Así, el queso desarrolla una costra natural que retiene mejor el interior derretido, y la cocción directa en la parrilla garantiza ese inconfundible sabor ahumado.

Una vez que elijas tu método de cocción preferido, es hora de personalizar tu provoleta con el topping que más te guste.

 

fuente: La Brujula 24 con información de Crónica Recetas