CARTA ABIERTA
Coronel Suarez, 19 de mayo de 2002
Quien escribe, Laura Colonnella, en carácter de mamá de un jugador de futbol de división competitiva reserva/primera en el Club Blanco y Negro de Coronel
Suarez, doy a conocer a la comunidad la situación vivida por mi hijo.
El lunes 18 de abril pasado, mi hijo asiste al entrenamiento habitual, como es costumbre los días lunes, se mantiene una conversación técnica y luego
comienza el entrenamiento.
En esta ocasión, el DT Javier Díaz se dirige a él y a otros seis jugadores más, informándoles delante de todos sus compañeros de entrenamiento que iba a prescindir de ellos – admito que las palabras utilizadas fueron más descalificatorias-, recomendándole que regresen a entrenar a divisiones inferiores, cuando por su edad no les corresponde.
Si bien se sabe que estas decisiones se pueden asumir, lo que estoy cuestionando es el modo de proceder, las palabras utilizadas, el tono autoritario, la falta de ética y cuidado de la subjetividad adolescente al dirigirse
en su rol de técnico y referente hacia deportistas del club y en el caso de mi hijo, a un menor de edad.
El impacto de esta situación le provocó a mi hijo una desestabilización emocional llevándolo a un estado de shock, afectando significativamente su salud, contrariamente a uno de los objetivos centrales de los clubes deportivos que es aportar al bienestar de salud general de sus asociados.
A su vez, esta situación se agrava teniendo en consideración el calendario deportivo, puesto que el libro de pases cerró el 13 de marzo. Ello es información
conocida por el director técnico, plantel y club que imposibilita volver a jugar durante todo el presente año.
El jueves 21 de abril se reúne la Comisión Directiva junto a los padres en las instalaciones del club. Luego de informar lo ocurrido, los padres solicitamos
explicaciones y esperamos una toma de decisión inmediata de parte de la Comisión Directiva del Club Blanco y Negro. Decisión que implique la desafectación del señor Díaz debido a la incapacidad de desempeñarse en su rol de referente de los menores que integran los equipos deportivos donde el principal valor es el respeto mutuo y el desarrollo integral de los jugadores lo
cual no puede subsumirse a la centralidad del resultado deportivo.
La falta de empatía, consideración, y el tono soberbio con la que manejo la situación el señor Díaz no se corresponde a los principios rectores que guían el
accionar del club.
Autoridades del club presentes escucharon con atención, acordaron tomar una decisión que posteriormente se iba a comunicar a los padres involucrados. Vale mencionar que en esta reunión no se expedido el acta correspondiente, documento que quise firmar y aun me responden que está en elaboración.
Transcurridos varios días, la resolución tomada por parte de la CD como requisito único hacia el señor Díaz comprendió la reincorporación a cada uno de los chicos implicados acompañado de un pedido de disculpas en el mismo contexto de entrenamiento y con la presencia de una autoridad del club. Con profunda decepción menciono la falta de seriedad y acatamiento que el señor
Díaz tuvo sobre la Comisión Directiva debido que repitió su comportamiento arrogante y esquivo con los expulsados sin reconocer su error y el daño emocional provocado.
El camino que eligió tomar el señor Díaz para reparar su accionar, muy diferente a lo solicitado por la CD, dio por resultado el alejamiento de la mayoría de los deportistas involucrados.
Con un gran sentido de pertenencia de mi hijo al club que se traduce en experiencias favorables en diferentes disciplinas deportivas desde su infancia, insto a las autoridades a tomar medidas reparatorias que logren un impacto significativo en relación a los hechos mencionados.
Laura Colonnella
DNI 23.632.125
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